Esta noche muchos estarán
disfrutando con sus familias, comiendo, bebiendo y festejando. Otros tantos no
tendrán la oportunidad, ya sea por dinero, salud o trabajo…
No voy a hablar de consumismo, ni
de frivolidades; no voy a hablaros de política ni acción social. Seré breve y concisa,
nada de edulcorantes ni píldoras de anestesia. Tranquilos, tampoco me
convertiré en el Grinch que os
amargue el momento.
Solo quiero tener unas palabras
para todos los que me apoyan y acompañan, no solo en mi faceta de escritora,
sino en mi día a día. Palabras de gratitud, amor y esperanza.
Como dicen mis personajes en “Contrato
sin preaviso”: La vida es muy corta para pasarla dudando; (y añado) temiendo,
exigiendo, quejándose, odiando.
La vida es un compendio de días,
meses y años; algunos buenos, otros regulares y otros para olvidar. Cada día es
una fiesta, cada día es un buen momento para sonreír.
Quizás, la “blanca Navidad” solo
sea un eslogan manido para ablandarnos y hacernos consumir; o sea parte de la
magia que muchos creen que aún existe resistiendo entre las fatalidades de este
mundo.
Desde mi pequeño rinconcito del
mundo, en la cara oculta de la luna, donde viven los que se esconden bajo
seudónimo, solo puedo desearos: fortaleza para superar los avatares de la vida,
esperanza para creer en tiempos mejores, y humildad para valorar los pequeños
detalles que hacen que la vida valga la pena.
Mis mejores deseos, con toda la
positividad de quien aún cree en que todos obtenemos nuestro propio “final
feliz”.
Pues te ha quedado un mensaje muy navideño y esperanzador.
ResponderEliminarYo te devuelvo los deseos que tú misma has expresado para que también a ti el año de llene de fortaleza, esperanza y humildad :-)
Un abrazo.