El diario de Sartre | Yo también sufrí bullying #DíaMundialContraElBullying

Hoy 2 de mayo se "celebra" el día mundial contra el bullying. Según datos de la Fundación Anar, uno de cada cuatro menores sufre acoso escolar.

Yo también sufrí bullying


Tendría unos 9/10 años. La que había sido mi amiga desde que había comenzado la primaria me había sustituido por otra amiga que justo ese año había llegado nueva a mi clase. Cada vez que había una excursión o una actividad en parejas, yo era la que sobraba. Sola y excluida; así me sentía, aunque la que había sido mi amiga no entendiera mi actitud beligerante, se pusiera a la defensiva y dejara de hablarme.

En ese momento, esa edad, en la que las reglas marcaban que debías ir al patio durante el recreo y, forzosamente, tenías que tener un grupo donde pasar el tiempo... yo no tenía a nadie. Me quedaba sentada en un banco a la espera de que el interminable espacio de tiempo que distaba entre el comienzo y el fin de aquel descanso fuera lo menos horrible posible. En tiempo de clase no era un problema; yo amaba ir al colegio y estaba muy ocupada atendiendo, haciendo deberes o hablando con el compañero/a que la profesora hubiera decidido asignarme aquel trimestre.

Buscando un lugar donde encajar, Epi y Blas -mantengamos su privacidad- me acogieron; eran tan buenas personas que debían evitar que una niña estuviera sola y marginada. Ahí comenzó mi pesadilla...



Epi se desvivía haciéndome halagos... Mi pelo era el más bonito y sedoso. Era la niña más inteligente de la clase. Era la más divertida y pasar tiempo conmigo era una especie de regalo concedido por los dioses del Olimpo... Entonces, ingenua de mí, sucedió algo de lo que no me percaté. Epi comenzó a hablar mal de Blas, su inseparable y mejor amiga, y a arrastrarme en sus linchamientos para luego reunirse con Blas y decir que yo era quien había dicho toda la mierda que ella había escupido. Ahí empezó el primer problema; la primera enseñanza. No digas nada detrás que no puedas defender frente a tu enemigo.

Comenzó el acoso diario; las burlas; las amenazas; las confrontaciones. Un juego para ellas donde yo era el saco de boxeo emocional. Aquello supuso que no me concentrara en clase, que fingiera ponerme enferma para huir de allí o no acudir -era una niña que disfrutaba del colegio, no sospechaban que todo fuera una farsa- que marcara todos los días de fiesta en el calendario y contara los días para escapar de aquella pesadilla.

Sobreviví. Me costó, pero lo hice. Con ayuda de mi madre, en cierta manera, que fue testigo un día de las burlas y habló con la madre de Epi para que me dejaran en paz. Suerte también que la madre de Epi fue una mujer sensata y se aseguró de que aquello no volviera a producirse; y que tiempo después Epi fuera cambiada de clase -por cosas ajenas a mí y a nuestra historia-.

Por otro lado, sobreviví porque aprendí a sobrevivir. Analicé mis errores, mis reacciones... y me volví resiliente. Aquí vino la segunda y tercera enseñanza. No darle importancia a quién no merece tu tiempo ni tus lágrimas. Eres más fuerte de lo que imaginas. Cuando vieron que no me hacían daño, que las encaraba y que me resultaban dos monigotes sin cerebro... perdieron el interés en mí.

Escribiendo todo esto, me he dado cuenta de algo en lo que nunca me había percatado; tal vez porque cuando esta pesadilla desapareció, olvidé -una de las mejores herramientas del ser humano- y continué con los demás problemas que la adolescencia trajo con ella. La cuarta enseñanza. De todo lo malo hay una enseñanza; de todo lo bueno, una nueva actitud.

Stop Bullying


Si sufres bullying, pide ayuda. Si conoces a alguien que sufre acoso escolar, no seas cómplice.
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El diario de Sartre es una sección donde hablo sin tapujos, sin miedos... de mí, de mi vida; comparto mis opiniones, reflexiones y dudas. Un diario online para soltar lastre antes de continuar con la rutina.

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